APERTURA

POR ISABEL CARRASCO

El libro que acabas de empezar a leer ha sido muy esperado. De hecho, su demora y sus elipsis son tan significativos como su contenido. Además, para quienes seguimos la serie de autobiografías de Fatcap desde el inicio, este libro tiene un formato muy diferente. Esta vez no es un escritor quien toma la palabra en primera persona para contarnos sus trepidantes aventuras, sino que se trata de una coral a seis voces femeninas —seis testimonios de artistas hilvanadas por las reflexiones de la autora—. Para enfrentarnos a esta lectura, es preciso ir un paso más allá y leer entre líneas porque comprender el contexto y las dificultades en las que este libro ha sido creado nos permite recordar la tremenda brecha de género en la que —también— está inmerso el mundo del graffiti.

El boom del street art a comienzos del presente siglo trajo un interés renovado por la práctica del writing y la cultura hiphop. Los estudios académicos se han ido consolidando en los últimos años y, hoy en día, contamos con revistas académicas especializadas y se celebran regularmente conferencias de personas expertas y ferias de publicaciones en torno a estas culturas urbanas. También son numerosos los trabajos de fin de grado, de máster y tesis doctorales que se dedican al tema, que además comienza a impartirse en las universidades. En resumen, la investigación y la producción de libros sobre graffiti vive un buen momento, y los lanzamientos de Fatcap dan prueba de ello. Si bien es cierto que convertirse en objeto de estudio podría percibirse como una amenaza o un intento de domesticación de lo subcultural, el graffiti ha probado que la creatividad, el ingenio y el juego van siempre dos pasos por delante. Además, y no menos importante, contamos con el privilegio de que muchos escritores también hayan desarrollado una carrera como estudiosos y divulgadores lo que les sitúa en una posición única al enfrentarse y escribir sobre la materia.

Sin embargo, y a pesar de la popularidad de la que gozan los estudios sobre el graffiti, el campo sigue adoleciendo de eurocentrismo y androcentrismo. Hoy es frecuente encontrar mujeres detrás de los estudios sobre street art o arte urbano, pero aún no es tan fácil dar con investigadoras o escritoras que compartan su propia experiencia en el graffiti —en el estado español tenemos a Gabriela Berti como una maravillosa excepción del primer caso—. Por eso, y muchas cosas más, este libro es importante.

Nerea Luján nos sumerge en un ensayo personal sobre la cultura hiphop tal y como se exportó a través de documentales, libros y programas de televisión. Su relato confirma la relevancia de esta suerte de mito que se tornó realidad fuera de Estados Unidos. Y esa es la realidad experimentada por gran parte de las personas implicadas en esta cultura y también de las protagonistas de este libro. El ensayo se articula en torno a las experiencias de seis artistas que destilan fuerza, compromiso y pasión por su trabajo: Erica dos Santos, Shyna, Flavia, Yubia, It’s Mancho y Lola, the Warrior Princess. Luján nos introduce en sus vidas con perspectiva de género, pero también apunta a otras opresiones que las atraviesan como la xenofobia o el racismo.

En las culturas urbanas relacionadas con el hiphop la confianza y el apoyo del grupo es importante y ser una minoría en medio de esas alianzas internas y sin apenas referencias femeninas no es siempre fácil. En ese contexto, romper barreras para ejercer el derecho básico de expresión y desarrollar una identidad propia se puede convertir en un desafío. El espacio público es tradicionalmente un espacio masculino en el que las mujeres, las personas trans o no binarias continúan en desventaja. Se sigue asumiendo, y así se refleja en la historia personal de algunas de las artistas, que el espacio natural de la mujer es el de los cuidados o, en otras palabras, el de la casa. Los riesgos del espacio público se incrementan durante la noche; no hace falta explicarlo, nosotras lo sabemos. En este sentido, las pintadas feministas con mensajes como «No estás sola», «La calle y la noche también son nuestras» o «Machirulos no pasarán» no hacen la calle más segura, pero nos permiten, al menos, sentirnos acompañadas en el miedo. La certeza de saber que hay otras mujeres haciendo cosas por ahí causa un alivio similar. Romper esta discriminación estructural y/o autopercibida, convivir con el síndrome de la impostora, exponerse a la violencia, sentirnos juzgadas por nuestro aspecto físico —el color o la forma de nuestro cuerpo—, dudar o asumir que van a dudar de nuestras capacidades, mantener un perfil bajo o procurar compañía por seguridad. De esto habla este libro; de hacerlo como podemos y lograrlo a pesar de todo y ante el asombro de muchos.

Es a la autora, Nerea Luján, a quien le corresponde dedicar este libro, pero dejo un mensaje para las chicas que lo lean y busquen referentes femeninos: siempre hemos estado ahí, solo tenemos que continuar buscándonos. No dejéis de intentar perseguir vuestros sueños. Y para todas las que no están en las siguientes páginas: os esperamos, por favor, desde ya, haceros ver.

INTRODUCCIÓN

No pinto, ni bailo, ni rapeo, pero me gusta contar historias. Creo que escribir fue lo primero que hice por voluntad propia, por puro placer. A los diez años ya había probado de todo: diarios, artículos, revistas, cuentos, historias… aunque siempre bien guardaditos, solo para que los leyera mi madre, nadie más.

Después de algunos años de recorrido en la escritura, ya en la treintena, se me presentó la oportunidad de escribir un ensayo: mi primer libro. Un cóctel molotov de sensaciones recorrió mi cuerpo, y tuve que soltarlas de la única manera que sé: escribiendo. Ahí comenzó esta aventura (y espero que también lo sea para ti). Aunque, pensándolo bien, la aventura empezó en 2022, cuando llegó a mi vida la persona que me enseñó todo lo que sé sobre graffiti.

Durante unos siete años mi rutina fue siempre la misma: coger el 312 en la parada de autobús de la plaza de mi pueblo rumbo a Conde de Casal. Música en los auriculares y la mirada perdida en el paisaje. Piezas y más piezas a lo largo del recorrido, sin cesar. En aquella época, para mí eran solo eso: nombres en las paredes del camino. Poco sabía entonces sobre quienes los firmaban o sobre el movimiento que había detrás.

Con el tiempo, he conocido a muchos escritores y escritoras de graffiti. No me he cansado de preguntar, de descubrir, de aprender. Según con quién hables, entiendes que pintar adquiere un matiz distinto. Hay tantas formas de vivirlo como tonos de spray existen. Cada persona con sus motivaciones, ilusiones e intereses diferentes. Como la vida misma.

Pero aquí no solo está presente el graffiti; también lo están el rap y el breaking. Y, junto a ellos, la historia, la filosofía, la protesta y la reflexión: pilares fundamentales que sostienen cada uno de estos movimientos. Con Creadoras y combativas he querido invitarte a entrar en esta cultura. No importa si ya la conoces o si apenas sabes de qué hablo; mi intención es que nos sumerjamos juntos en las profundidades de esta forma de vida. Como si fuéramos Alicia cayendo por la madriguera del conejo blanco y descubriéramos, al llegar al fondo, que hay todo un mundo por explorar.

He querido poner sobre la mesa las vivencias y los puntos de vista de seis mujeres representantes de la cultura hiphop en España: Erika Dos Santos, Shyna, Flavia, Yubia, It’s Mancho y Lola. Seis creadoras, interesantes y poderosas, pero también sencillas, con sus vulnerabilidades y sus miedos, como tú y como yo.

Más allá de Marie Curie, Frida Kahlo o Simone de Beauvoir, hoy en día sigue siendo difícil encontrar en las aulas a mujeres que han hecho historia. Así hemos crecido, así nos lo han enseñado. Pero en realidad han sido muchas, solo hay que escarbar un poco… o, al menos, tener ganas de documentarse de verdad.

Lo que no se escribe, no permanece en la memoria. Y eso es lo que he querido hacer con este libro: poner mi granito de arena para visibilizar la presencia de las mujeres en la cultura. Sacar los relatos a la calle para que sean libres y contribuyan a la lucha y al pensamiento crítico.

En las páginas que vienen encontrarás fuerza, emoción, pasión y talento. Mucho talento.